Asamblea Nacional Consultiva organizó en 18 secciones compuestas por 11 asambleístas cada una designados por el presidente. La más importante fue la Sección Primera que tenía que elaborar los “Proyectos de Leyes Constituyentes”.[2]
1 Historia En diciembre de 1925 el general Primo de Rivera da por concluida la tarea del Directorio militar y se restablecen los cargos de presidente del Consejo de Ministros y los de Ministros de la Corona, pero manteniendo "las máximas prerrogativas, con facultades legislativas" (por lo que las Cortes continuarían cerradas y la Constitución de 1876 suspendida). En esta nueva etapa, que suele llamarse "Directorio Civil", la Dictadura se propone poner en marcha "un proceso fecundamente evolutivo que ha de permitir transformar la vida pública nacional", lo que significa dotar a la sociedad y al Estado de un nuevo orden corporativo y autoritario.[3] En la primera Asamblea Nacional de la Unión Patriótica (UP) celebrada en julio de 1926 se propuso la convocatoria de un parlamento corporativo fundamentado en la familia, el municipio y la provincia. Este acuerdo se plasmó en un comunicado hecho público por el comité central de la UP el 4 de septiembre en el que se pedía al Directorio civil que lo convocara, para lo cual solicitaba que se realizara un plebiscito coincidiendo con «el tercer aniversario del glorioso golpe de Estado» en el que se diera una oportunidad «para que la opinión exprese si es conveniente la organización de una Asamblea Suprema Nacional que coadyuve a la gobernación del Estado».[4]
General Miguel Primo de Rivera.
Al día siguiente Primo de Rivera hacía público un manifiesto preparatorio de la conmemoración del golpe de Estado en el que daba por «fracasado el sistema parlamentario en su forma actual» y aceptaba la creación de una «Suprema Asamblea nacional temporal», encargada de construir una «España nueva».[5]
La Asamblea Nacional Consultiva fue un organismo creado por la Dictadura de Primo de Rivera, en el reinado de Alfonso XIII, que, según decía el Real Decreto-ley de 12 de septiembre de 1927 que lo fundó, “no ha de ser un Parlamento, no legislará, no compartirá soberanías”, sino un "órgano de información, controversia y asesoramiento de carácter general que colaborará con el Gobierno” y que debía “preparar y presentar, en un plazo de tres años y con carácter de anteproyecto, una legislación general y completa”[1] Las sesiones se inician el 10 de octubre de 1927, concluyendo el 15 de febrero de 1930. La sede escogida para la reunión de sus fue el Palacio del Congreso de Diputados.
Después de una intensa campaña de propaganda en la que se ensalzaron los logros del régimen, y en la que la Iglesia Católica y el Ejército tuvieron una participación muy destacada, se celebró la consulta entre los días 11 y 13 de septiembre sin ninguna garantía, ya que las mesas estaban copadas por los de la Unión Patriótica y los hombres y mujeres mayores de 18 años que participaron no votaron, sino que firmaron unas actas en apoLa Asamblea Nacional Consultiva fue la primera cámara yo del Dictador. Intervino algo más de la mitad del cencorporativa de la Europa del periodo de entreguerras. Se so (7.478.502 sobre 13.110.897).[6][7] El diario ABC co1
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SESIONES
mentó que hubiera preferido "una más amplia y eficaz consulta al voto nacional para ir sin dilación a la reposición del régimen constitucional con las reformas que tantas veces hemos pedido para evitarle nueva caída".[5]
gen de la Dictadura como régimen provisional, y abría el camino a la constitución de un régimen autoritario de carácter netamente liquidacionista, que pasaba de ser un estado de excepción coyuntural a convertirse en una de liquidación del régimen liberalEl mismo día 13 de septiembre de 1926 Primo de Rive- empresa consciente [11] parlamentario”. ra hizo público un manifiesto en el que habló del establecimiento de un parlamento cuya misión principal era La negativa de los socialistas a participar en la Asamblea «preparar y presentar escalonadamente al Gobierno, en supuso un fuerte revés para el proyecto de Primo de Riveun plazo de tres años, y con carácter de anteproyecto, una ra. Estuvo en principio motivada por el hecho de que los legislación general y completa que a su hora ha de some- puestos les habían sido asignados sin elección, pero cuanterse a un sincero contraste de la opinión pública, y en la do Primo de Rivera más tarde aceptó que fueran elegidos parte que proceda, a la real sanción». De la legislación ge- por el propio sindicato UGT, los socialistas mantuvieron neral destacó un «proyecto de leyes constituyentes». Sin su negativa.[12] Quien más fuertemente se opuso a la parembargo, no se otorgaba al nuevo parlamento el carácter ticipación fue Indalecio Prieto, mientras que Francisco de asamblea constituyente por la oposición del rey, sino Largo Caballero o Julián Besteiro siguieron defendienque esa función correspondería al órgano que la sustitu- do la colaboración con el régimen —Besteiro argumentó yera o a un referéndum sobre el proyecto de Constitución que por qué no habrían de ir los socialistas a la Asamaprobado por aquélla.[8] blea si habían participado en las Cortes Generales que, a [13] Según Genoveva García Queipo de Llano, con la reali- su juicio, eran tan ilegítimas como aquélla—. Por otro con el zación del plebiscito informal Primo de Rivera pretendía lado, las Universidades, cada vez más enfrentadas [14] régimen, tampoco enviaron representantes. demostrar que contaba con el respaldo popular y presionar así al rey para que aceptara su propuesta de convocar una Asamblea Nacional Consultiva, no elegida. Durante un año Alfonso XIII se resistió, pero en septiembre de 2 1927, firmó la convocatoria.[9] En el Real Decreto-ley de 12 de septiembre de 1927 se decía que "no ha de ser un Era “una asamblea corporativa, dependiente por compleParlamento, no legislará, no compartirá soberanías", sino to del poder ejecutivo”,[15] “con elegidos por un "órgano de información, controversia y asesoramiento los ayuntamientos, las diputaciones provinciales, las uniode carácter general que colaborará con el Gobierno".[1] nes patrióticas, los órganos del Estado y representantes En la sesión de apertura celebrada el 10 de octubre de destacados de la istración, el ejército, la justicia o 1927 su presidente José Yanguas Messía entre otras cosas la Iglesia junto a otros representantes del trabajo, el codijo:[10] mercio, la cultura, las artes y demás actividades por el gobierno, y pretendía ser la expresión de un modelo tripartito de representación —istración, Sociedad y SEÑOR: Asistimos al momento inicial de Partido— que tenía sus raíces en el corporativismo clásiuna interesante etapa en la evolución político y en el corporativismo fascista italiano”.[16] De los 429 ca felizmente iniciada el 13 de septiembre de asambleístas sólo 71 habían sido diputados o senadores en 1923. [...] No es, ni jamás se pensó en que eslas Cortes constitucionales, y en su mayoría eran políticos ta Asamblea fuera, un sustitutivo de los órgade segunda fila de los antiguos partidos del turno.[17] nos parlamentarios. La Constitución de la Monarquía está -repetidas veces los ha declarado el Sr. Marqués de Estella- suspendida en algunos de sus preceptos, pero no derogada. La 3 Sesiones misión de esta Asamblea, distinta de la de un Parlamento, pero de la más alta conveniencia La Asamblea Nacional Consultiva se organizó en 18 secnacional, en los momentos actuales ha de ser, ciones compuestas por 11 asambleístas cada una designacomo en el Real decreto se define de doble nados por el presidente. La más importante fue la Sección turaleza: fiscalizadora y consultiva en la labor Primera que tenía que elaborar los “Proyectos de Leyes del Gobierno, y preparatoria de los proyectos Constituyentes”.[2] fundamentales que habrán de ser en su día objeto de examen y resolución de un órgano leEl reglamento interno garantizaba un férreo control de la gislativo que tenga por raíz el sufragio, rodeaAsamblea por parte del gobierno, ya que era éste el que do de las máximas garantías de independencia a través de la Mesa de la Asamblea fijaba el orden del y pureza. día de las comisiones y les asignaba los temas de debate. Cuando una comisión acordaba un dictamen el presidenSegún Eduardo González Calleja, se trataba de “una Cá- te de la Asamblea lo remitía al gobierno, que decidía si mara puramente transitoria de la que no nacería ninguna procedía su discusión en el Pleno, cuyas sesiones estaban legitimidad”, pero que “en todo caso” “destruía la ima- limitadas a cuatro al mes, y si procedía que se votara en
3 el mismo -aunque a pesar de ello se trataron ciertos temas relevantes como el proyecto de nuevo Código Penal o la reforma de los estudios universitarios-. Además la Asamblea no ejerció la función de control del gobierno, y las pocas críticas que se produjeron no trascendieron a la opinión pública porque lo impidió la estricta censura de prensa de las reseñas parlamentarias.[2] La sección primera de la Asamblea, presidida por José Yanguas Messía, con José María Pemán de secretario, y Antonio Goicoechea, Víctor Pradera y César Silió, entre sus vocales, presentó en el verano de 1928 una propuesta de Carta otorgada, como la calificó el reputado jurista Mariano Gómez, aunque fue presentada como anteproyecto de Constitución de la Monarquía Española, a pesar de que rompía completamente con la historia del constitucionalismo español. Un año después de su presentación el anteproyecto se hallaba completamente estancado, por lo que el debate político se centró ya en la apertura de un verdadero “período constituyente”.[18]
5 Bibliografía • Barrio Alonso, Ángeles (2004). La modernización de España (1917-1939). Política y sociedad. Madrid: Síntesis. ISBN 84-9756-223-2. • Cierva, Ricardo de la (1997). Historia de España. Madrid: Editorial Fenix. ISBN 84-88787-20-0. • García Queipo de Llano, Genoveva (1997). El reinado de Alfonso XIII. La modernización fallida. Madrid: Historia 16. ISBN 84-7679-318-9. • González Calleja, Eduardo (2005). La España de Primo de Rivera. La modernización autoritaria 1923-1930. Madrid: Alianza Editorial. ISBN 84-2064724-1. • Juliá, Santos (2009). La Constitución de 1931. Madrid: Iustel. ISBN 978-84-9890-083-5. • Juliá, Santos (1999). Un siglo de España. Política y sociedad. Madrid: Marcial Pons. ISBN 84-9537903-1.
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Referencias
[1] Juliá, 2009, p. 23. [2] González Calleja, 2005, p. 143. [3] Juliá, 2009, pp. 21-22. [4] González Calleja, 2005, pp. 139-140. [5] Juliá, 2009, p. 22. [6] González Calleja, 2005, p. 140. [7] Cierva, 1997, p. 809. [8] González Calleja, 2005, pp. 140-141. [9] García Queipo de Llano, 1997, p. 114. [10] Diario de Sesiones, nº 1, página 8 [11] González Calleja, 2005, p. 141. [12] García Queipo de Llano, 1997, p. 121. [13] Barrio Alonso, 2004, p. 91. [14] Juliá, 1999, p. 67. [15] Juliá, 1999, p. 66. [16] Barrio Alonso, 2004, p. 90. [17] González Calleja, 2005, p. 145. [18] Juliá, 2009, pp. 23-24.
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• Asamblea Nacional Consultiva Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Asamblea_Nacional_Consultiva?oldid=87889945 Colaboradores: Ecemaml, Petronas, Hanskarlperez, Fadesga, Jtspotau, Hemingway10, Amaeztu, MAfotBOT, Invadibot, Libertad 17, Elvisor, Asqueladd, Addbot, Strakhov y Anónimos: 2
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